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Posteado por : Unknown
lunes, 4 de diciembre de 2017
LARVA MIGRANS VISCERAL
La toxocariosis es una zoonosis menospreciada, causada por larvas de los
nematodos del género Toxocara.
Es una geohelmintiasis de animales de gran importancia en salud pública. En
nuestros ambientes rurales y suburbanos, se considera que la principal especie
patógena es: Toxocara canis,
parásito de cánidos, entre ellos perros, zorros, lobos, coyotes; también debe
contemplarse la distribución global de Toxocara
cati, parásito de félidos, cuyo papel en la infección ha sido
subestimado.
Morfología.
Estos nematodos ascáridos son gusanos dioicos (hembra y macho). En la región anterior presentan una boca provista con tres labios bien desarrollados y alulas (aletas) cervicales y la vulva de la hembra. En la región media se aprecia el intestino y en la posterior las gónadas y la cloaca y papilas caudales de los machos. En promedio, las hembras miden unos 10 - 12 cm de longitud y los machos 4 - 6 cm. Otras características diagnósticas del género son la ornamentación de la cutícula y las espículas desiguales.Los huevos son esféricos, color marrón oscuro, con cubierta externa gruesa e irregular y miden 75 a 90 µm.
Ciclo de vida:
Las infecciones por Toxocara canis se
consideran más frecuentes que las debidas a T. cati, el cual tiene una distribución similar
a la de T. canis y
no debe ser ignorado. Asimismo, es necesario mantener en mente una gran
cantidad de ascáridos de animales que pueden causar enfermedad en el ser
humano.
Se estima que la hembra elimina unos
200.000 huevos/día. Los huevos de T.
canis son muy resistentes y pueden sobrevivir en el ambiente,
bajo condiciones apropiadas, durante años.
A temperaturas de 10–30°C, en ambiente húmedo y oxigenado, al cabo de 2 - 6 semanas, se desarrollan huevos embrionados infectantes con larvas L3 en su interior, infectantes tanto para hospederos definitivos (canidos, félidos) y paraténicos (humano, ganado, roedores, entre otros).
A temperaturas de 10–30°C, en ambiente húmedo y oxigenado, al cabo de 2 - 6 semanas, se desarrollan huevos embrionados infectantes con larvas L3 en su interior, infectantes tanto para hospederos definitivos (canidos, félidos) y paraténicos (humano, ganado, roedores, entre otros).
Los cánidos adquieren la infección a
través de la ingesta de huevos embrionados y también por la vía
transplacentaria y transmamaria (la hembra preñada puede albergar larvas en
estado "latente" - hipobiosis - en tejidos). Adicionalmente, pueden
adquirir las larvas infectantes por la ingesta de hospederos paraténicos
(ejemplos: roedores, lagartijas, conejos, entre muchos otros). La carga
parasitaria y la eliminación de huevos son mucho mayor en los cachorros. Esto
tiene relevancia si se considera el lazo afectivo entre los niños y
cachorros.
El humano se infecta principalmente a través de la ingesta de huevos. Ocurre esto con mayor frecuencia por la manipulación de
tierra contaminada. Los suelos contaminados en parques públicos y areneros
descubiertos son un riesgo para los niños, debido a sus hábitos de juego, que
involucran la manipulación de la tierra, el llevarse las manos a la boca, y con
cierta frecuencia pica y geofagia. Además, existe el hábito aberrante de llevar
a los perros a defecar y a los niños a jugar a los mismos sitios.
En las áreas rurales las viviendas suelen tener patios de tierra contaminadas por los perros de la comunidad, por lo que la fuente de infección se encuentra en el mismo domicilio de los niños.
En las áreas rurales las viviendas suelen tener patios de tierra contaminadas por los perros de la comunidad, por lo que la fuente de infección se encuentra en el mismo domicilio de los niños.
Signos y síntomas:
La infección con unos pocos gusanos no
produce de ordinario síntomas en los perros adultos. Pero en caso de
infecciones masivas (varios centenares) en el intestino puede darse apatía,
inapetencia, pelo desgreñado o erizado, debilidad y susceptibilidad a otras
enfermedades, oclusiones intestinales e incluso obstrucción de las vías
biliares. Las consecuencias son diarrea o extreñimiento, vómitos, sangre en las
heces, anemia, etc.
Las larvas migratorios pueden dañar a los órganos más afectados como riñones,
hígado, pulmones (tos y neumonía son posibles síntomas), o los ojos.
Todos estos daños pueden darse también en
los cachorros, que a menudo muestran un característico vientre hinchado, y en
los que estos trastornos afectan negativamente al desarrollo y al crecimiento.
Debido a su gran talla, los adultos pueden obturar y perforar el intestino
del cachorro. Si no se tratan a tiempo las infecciones de los cachorros
con Toxocara canis pueden ser mortales.
Diagnostico:
El diagnóstico preciso en perros precisa del examen de
materia fecal al microscopio para identificar los huevos. En caso de
infecciones masivas gusanos enteros o larvas pueden encontrarse en el vómito e
incluso en las heces de cachorros. El diagnóstico de infecciones de órganos
internos puede hacerse con precisión con tests específicos (p.ej. ELISA, PCR) u
otras pruebas serológicas, pero no están disponibles en todos los países.
Para
el dueño del perro no es posible determinar un diagnóstico preciso sobre qué
gusanos específicos afectan a su mascota, y por tanto qué medicamento debe
emplear. Es ineludible consultar a un médico veterinario.
Tratamiento:
Ante cuadros no complicados, se sugiere tratamiento
sintomático, con antihistamínicos, corticoesteroides, y de ser necesario,
broncodilatadores. El antihelmíntico utilizado es albendazol. Algunos autores
sugieren el empleo de dietilcarbamazina.
LMO: El tratamiento dependerá del estado inflamatorio del ojo y de las lesiones presentes.
El tratamiento antiparasitario incluye albendazol como primera opción, o mebendazol; es necesario tener presente que puede producirse una reacción de hipersensibilidad tipo III ante la liberación de antígenos tras la muerte de la larva. Se utilizan midriáticos si el polo anterior se encuentra comprometido y corticoides (tópicos o sistémicos) si hay compromiso visual por la reacción inflamatoria.
LMO: El tratamiento dependerá del estado inflamatorio del ojo y de las lesiones presentes.
El tratamiento antiparasitario incluye albendazol como primera opción, o mebendazol; es necesario tener presente que puede producirse una reacción de hipersensibilidad tipo III ante la liberación de antígenos tras la muerte de la larva. Se utilizan midriáticos si el polo anterior se encuentra comprometido y corticoides (tópicos o sistémicos) si hay compromiso visual por la reacción inflamatoria.
Prevención:
Es
muy conveniente evitar que las mascotas ingieran tierra u otra materia
contaminada con huevos, pero muy a menudo esto es muy difícil de lograr. En
criaderos y pensiones de perros es esencial
cuidar la higiene y desinfección regular de las jaulas y locales donde están
los animales, eliminar diariamente los excrementos, etc.
A
las crías conviene tratarlas de modo preventivo con un antihelmíntico a partir
de las 3 semanas, cada 2 a 3 semanas hasta los tres meses. Es muy recomendable
tratar al mismo tiempo a las madres.