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Posteado por : Unknown lunes, 4 de diciembre de 2017


ECHINOCOCCUS


Es una zoonosis cosmopolita, reportada con mayor frecuencia en Europa, Asia, África, América, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Los agentes etiológicos son las formas larvarias de especies del cestodo Echinococcus. En México, la información sobre la hidatidosis es muy limitada. 
La equinococosis o hidatidosis humana es una parasitosis causada por cestodos del género Echinococcus. Son cuatro las especies más importantes desde el punto de vista de salud pública, y por su distribución e impacto económico a nivel mundial. 
 Echinococcus granulosus y Echinococcus multilocularis son los más frecuentes, causantes de equinococosis quística (EQ) el primero, y equinococosis alveolar (EA) el segundo. Echinococcus vogeli y Echinococcus oligarthrus dan lugar a equinococosis poliquística y se han reportado con mucha menor frecuencia en el humano.

Morfología:



El cestodo adulto Echinococcus granulosus, con localización en el intestino delgado de los perros, mide alrededor de 2 - 6 mm de longitud, consta habitualmente de 3 - 4 proglótidos (inmaduro, maduro y grávido), y un escólex con cuatro ventosas y una doble corona de ganchos.
Los huevos (30 - 40 µm), son la forma infectiva para los hospederos intermediarios (principalmente ungulados - ovejas, cerdos, ganado vacuno, cabras, caballos) y otros que pueden tener un papel en el ciclo biológico (marsupiales, roedores, carnívoros). El humano es hospedero accidental.



Ciclo de vida:


Echinococcus presenta ciclos de vida doméstico y silvestre.
Echinococcus granulosus adulto habita el intestino delgado de los hospederos definitivos: perros domésticos (Canis lupus familiaris), otros cánidos, y en ocasiones, gatos. Los huevos de estos cestodos son eliminados en heces fecales de estos animales carnívoros y son la forma infectiva para hospederos intermediarios (mamíferos herbívoros u omnívoros) y el humano (hospedero accidental). Las oncosferas se liberan en intestino y se diseminan por circulación sanguínea y linfática; las larvas se establecen diferentes órganos, principalmente en hígado y pulmones de los hospederos intermediarios y el humano.
Entre los principales factores de riesgo se consideran la frecuencia e intensidad de la infección intestinal en los perros; es muy importante el que tengan acceso a vísceras crudas, infectadas con quistes hidatídicos, ya que es la forma más frecuente de que adquieran la parasitosis; también se considera de relevancia el que se permita a los perros vagar en los lugares donde se mantiene al ganado. La equinococosis quística se mantiene principalmente en un ciclo perro-oveja-perro.
Los principales hospederos de E. multilocularis, zorros rojos (fundamentalmente en Europa), lobos, coyotes, chacales, mantienen generalmente el ciclo silvestre, aunque se ha encontrado a perros y gatos infectados (ciclo sinantrópico). La transmisión de E. multilocularis se encuentra definida por la interacción del humano y la fauna silvestre; se mantiene de manera muy importante debido a la infección en zorros, de perros utilizados en la cacería y la presencia de pequeños mamíferos, sobre todo roedores, conejos, liebres, que constituyen excelentes reservorios.
En el humano, Echinococcus multilocularis se traduce en el desarrollo de pequeños quistes interconectados, sin capa adventicia, en hígado, predominantemente en lóbulo derecho (98–100%) con infiltración a tejidos vecinos o metástasis ocasional a órganos distantes, en fase tardía de la enfermedad. 
En la hidatidosis quística, 5 días después de la ingestión de huevos, el metacestodo vesicular presenta dos capas, una interna, la germinativa, una externa, acelular (endoquiste), el cual mide 60 - 70 µm; la inducción de una reacción granulomatosa en el hospedero da lugar a la formación de una tercera capa, de tejido conectivo (periquiste - capa adventicia). El contenido líquido es claro, casi como "agua de roca".
La capa germinal da lugar a vesículas en las que se desarrollan protoescólices, con 4 ventosas y corona de ganchos (escólices). Estas vesículas pueden encontrarse adheridas a la pared o libres, en el líquido. El conjunto de restos membranales, protoescólices, constituyen la denominada "arenilla".
El tamaño del quiste oscila entre 1 - 15 cm, pero puede ser mayor, con varios litros de líquido en su interior. Su desarrollo es lento, y con el tiempo puede dar lugar a una masa ocupativa de importancia. El contenido líquido es habitualmente claro,
El líquido quístico es una mezcla compleja de glucolipoproteínas, carbohidratos, aminoácidos y sales y productos del metabolismo del metacestodo en una base del 98% de agua, con pH neutro. Algunos de sus componentes provienen del hospedero, principalmente albúmina e inmunoglobulinas.
El metacestodo de E. multilocularis da lugar a una estructura infiltrante, multivesicular, semejante a una tumoración. Está constituida por abundantes vesículas con contenido semisólido embebidas en el estroma del tejido conectivo.



Transmisión:


El humano se infecta por la ingestión de huevos de Echinococcus presentes en alimentos, agua o suelos contaminados, o por contacto directo con los animales hospederos. Se ha observado que los huevos se adhieren al pelaje de los cánidos, principalmente alrededor del ano, hocico, muslos y patas.
También se ha sugerido que contribuyen en la diseminación de huevos el viento, moscas y escarabajos.

Signos y síntomas:


La infección del humano por E. granulosus da lugar a la formación de quistes en casi cualquier órgano, con mayor frecuencia únicos. La ubicación más frecuente es hígado (>65%) y pulmones (25%); estudios realizados mediante ultrasonido ofrecen evidencia de que estos quistes pueden crecer alrededor de 1 - 50 mm/año o persistir sin cambios a lo largo de años. También pueden sufrir ruptura espóntanea, colapso o desaparecer. Existen reportes de parasitosis ósea, renal, muscular, en bazo, sistema nervioso central y ojos.
Los sujetos infectados cursan asintomáticos durante meses, años o permanentemente. Las manifestaciones dependen del órgano afectado, el número de quistes, su tamaño, desarrollo (actividad o inactividad) y la presión ejercida sobre tejidos u órganos adyacentes. El principal mecanismo patógeno de esta estructura es mecánico, debido a que es una masa ocupativa que puede causar desplazamientos muy importantes. Cabe recordar que los quistes localizados en cerebro o a nivel ocular pueden dar lugar a manifestaciones clínicas tempranas.
Las manifestaciones clínicas son inespecíficas, y dentro de las más frecuentes se encuentran: Hepatomegalia, dolor en hipocondrio derecho, epigástrico, náusea, vómito, urticaria, distensión abdominal, colestasis, hipertensión portal, cirrosis biliar, ascitis y otros signos y síntomas asociados a la masa ocupativa (tales como compromiso pulmonar).

Diagnostico:

El diagnóstico de la equinococosis quística se basa en los antecedentes epidemiológicos, los hallazgos clínicos, técnicas imagenológicas y serología.
Los rayos X son de utilidad ante la ubicación de quistes a nivel pulmonar o en condición calcificada en otros sitios. 
La resonancia magnética y la tomografía axial computarizada se indican en localizaciones subdiafragmática, ante diseminación, en ubicaciones extra-abdominales, complicaciones y para evaluación prequirúrgica. Es preferible la primera, ya que permite la visualización de áreas líquidas.
Serologías:
Los estudios serológicos confirman el diagnóstico imagenológico. 
Independientemente de su localización, los quistes intactos provocan una respuesta inmune mínima. 
Los quistes con fisuras o que han sufrido ruptura se asocian, en cambio, a una fuerte respuesta. 
Las mejores pruebas confirmatorias, utilizadas en combinación, son ELISA, HAI, western blot. Un kit comercial basado en ELISA existe en EEUU. La especificidad de estas pruebas se ve limitada debido a reacciones cruzadas con otras patologías: Infección por E. multilocularis, Taenia solium, algunos nematodos, trematodos, tumores, cirrosis hepática, entre otras.

Tratamiento:

Antiparasitarios (siempre se utilizan).
- Tratamiento percutáneo (PAIR, técnicas modificadas de cateterización). Utilizado adecuadamente, PAIR es el método de menor invasividad y efectividad en el tratamiento de quistes hidatídicos. Algunas complicaciones: infección, neumonía, hematobilia. Resección quirúrgica.
La técnica quirúrgica PAIR (Punción/Aspiración/Inyección/Reaspiración) del quiste debe realizarse por cirujanos expertos, en forma conjunta con fármacos, idealmente albendazol. Esta forma de tratamiento es utilizada en pacientes con quistes de 5 cm de diámetro o mayores, multiseptados, múltiples y en recurrencias. 
Antiparasitarios utilizados: 
Albendazol es el fármaco actual de elección.
Albendazol + prazicuantel (aparentemente, la combinación es más efectiva para eliminar protescólices). No en casos de equinococosis alveolar. 

Prevención:

Donde se requiere de mayor precaución es en hogares con niños pequeños y es
por eso que se aconseja la toma de una muestra de heces de los animales de la
casa y llevarlas al veterinario para que realice un análisis coprológico por si existe presencia de parásitos intestinales.
Desparasitar a los perros periódicamente.
- No debe permitirse la presencia de perros en las cercanías de un matadero y nunca se les debe alimentar con las vísceras de animales sacrificados.
- En el último caso con vísceras cortadas y hervidas durante 30 minutos.
- Lavado de manos y de utensilios de cocina en ambientes donde haya perros.

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